Diecinueve poemas escritos en dos horas (10)
Y lo peor de todo es saber
que todo esto se irá algún día,
que se romperán las persianas
y se quedarán bajadas para siempre
y se desconchará el techo
y se fundirán las lámparas
y se filtrará el agua de lluvia desde la calle
y las telarañas se apoderarán de los rincones
y el polvo en los sofás
y alguien cubrirá los muebles
con una sábana blanca
y no habrá ni el eco de una risa
ni un charco de agua de la ducha
en el suelo del baño,
ni un vaso de café con leche
a medio tomar en el lavabo
ni tus pantalones ni mi camisa
arrugados en un rincón.
Nada.
Sólo un recuerdo
o ni siquiera eso
si no hay nadie para recordar.
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