Historia de un aliento huérfano
Hoy recogí del suelo un aliento huérfano
que imploraba arrastrándose por las alcantarillas.
Lo llevé a casa, escondido,
para que no se marchara volando por el aire.
Lo sequé, lo lavé, jugué con él,
le conté aquella historia que tanto te gustaba,
la del sapo y el príncipe.
Acabó sonriendo.
Se marchó,
no sin antes volverse hacia la puerta.
Escuché expectante,
pero no dijo nada.
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8 Comentarios:
este aliento parece colega de un cronopio
No te dijo si se le podía adoptar?,
era para hacerle compañía a otros muy conocidos y muy cercanos
¡qué preciosidad!
un beso
Maricarmen
¿Cómo se te ocurren cosas tan bonitas?
Se marchó, pero seguro que no volverá a arrastrarse por las alcantarillas, pues teniéndote a tí ya no se sentirá nunca más huérfano.
Hermoso Jose Luis, muy hermoso.
Besitos
Un aliento con suerte de ser encontrado. No te extrañe que no hablara, es que los alientos no pueden, se quedan ahí, justo antes de decir palabra. Muy dulce el texto.
Besitos.
..no dijo nada, porque en ocasiones la emoción nos impide decir... gracias, de palabra, pero están en el corazón
Un beso Gizz
Pues a mi me ha dado un poco de asquito......pero la foto es chula.
Quién te dice algún día -quizás mañana- regrese.
Serrano, esto no es una historia, es un aliento de historia.
Quién te ha dicho a tí que los alientos huerfános están deseando que te los lleves a casa, los seques, los laves, juegues con ellos y les cuentes cuentos?
Y te extrañas que no te dijese ni mu?
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