La taberna del mar: Jaisalmer es el fin del mundo

21 agosto 2006

Jaisalmer es el fin del mundo

Nunca me he sentido tan cerca del fin del mundo como en Jaisalmer, esta ciudad tragada por la arena cerca ya de la frontera con Pakistán. Un dicho popular cuenta que para llegar a Jaisalmer hace falta un cuerpo de piedra y un caballo de madera. La arena borra las carreteras y la ciudad aparece de repente, porque es del mismo color dorado que el desierto del Thar. Su muralla infinita refulge con los últimos rayos de la tarde, si es que el sol logra escapar de las nubes de arena que flotan en al aire. Entonces, la calidez de la piedra de sus palacios rojizos deslumbra al visitante. Jaisalmer es la Edad Media. Dentro de sus murallas, las callejuelas serpentean entre casitas de barro pintadas de ocre y añil, las vacas se atraviesan en las calles, los chavales bromean desde los tejados de sus casas, las mujeres salen a la calle a lavar y tender, se sientan en esteras en las partes sombrías, obligándote a pasar casi por encima de ellas. Siempre te dirigen una sonrisa y una inclinación de cabeza.

Todo el mundo te cuenta su historia en Jaisalmer, y eso acrecienta la sensación de estar en otra época, en un pasado remoto en el que una persona habla y los demás escuchan. Y Anil me cuenta su historia de amor con una chica de Altea (“la primera de mi vida”) y me describe sus tres noches en el desierto y cómo fue a despedirla prometiéndole que se iría a trabajar al chiringuito playero de los padres de la chica y me enseña una postal que le mandó desde Altea (prefiero no decirle que la foto es de la Plaza de Toros de las Ventas). Y Rajiv me lleva a su casa y me enseña un libro polvoriento de Federico García Lorca con una dedicatoria en castellano que me niego a traducirle. O la de Amish, que pasó unos días en Donosti con su profesor de español y aún llora cuando recuerda sus paseos por la bahía, en otoño. O la de Chandani, la niña triste que vende pulseras a diez pesetas, que oye melodías desconsoladas en su móvil, que se casó a los siete años con un hombre de cincuenta, que se enamoró de un chico de otra casta al que ve un par de veces al año y que ahora se está buscando la vida entre los turistas porque tiene diecinueve años y unos preciosos ojos violeta. O la de Vajra, la acróbata de Udaipur, que apostó con el maharajá que podría cruzar el lago sobre una cuerda y que se ahogó cuando faltaban cinco metros porque el muy malvado ordenó cortar la cuerda. O la de Vasu, que viene de rodar un documental en Santiago de Chile y me pide monedas de un euro para su colección y sé que mi moneda es mucho dinero para coleccionarla y que la gastará en comida para sus cuatro hijos. O la del excelente arquero que se cortó el pulgar para no ser mejor arquero que su señor. O la de las desgraciadas veces en que miles de mujeres se sacrificaron saltando sobre las llamas al ver su ciudad perdida (dos veces y media, las que profetizó el ermitaño). Historias que se mezclan, historias de ayer mismo o que llevan siendo contadas quinientos años.

Todo el mundo te cuenta tu historia en Jaisalmer, porque tienes que tener una historia para que este país inmenso no te trague, para que sus muchísimos millones de habitantes no te arrastren hacia el océano como un río caudaloso, entre el tráfico infernal de camionetas, bicis, carritos, bueyes, búfalos, elefantes, camellos, carricoches, para poder levantar la mano entre todo este caos y gritar en alto: “¡óiganme!, ¡paren!, ¡tengo algo que contarles!”.

7 Comentarios:

Blogger jen escribió...

Tal vez Sherezade algún día pasó por Jaisalmer; también allí pensó ella que había llegado al fin del mundo, contó sus "Mil y unas noches" y los lugareños vieron que aquellos cuentos la harían ser eterna; por eso decidieron que ellos también contarían historias sin fin, y descubrieron que la eternidad está en las palabras que se dicen a los desconocidos bajo la luz de las estrellas.

Desde entonces en Jaisalmer nadie recuerda haber visto pasar el tiempo.

Gracias, José Luis.

8/21/2006 11:06:00 a. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Levantas la mano: paremos, pues.
Cuéntanos todas las historias que tengas, te escuchamos.

8/21/2006 11:42:00 a. m.  
Blogger pon escribió...

No seríamos seres humanos sin historias que contar, y sin historias que oír.
Me siento con el oyente atento(si me da su permiso) a escucharte.
Bienvenidos.

8/21/2006 01:29:00 p. m.  
Blogger un-angel escribió...

...uff Jose Luis, que ramillete de cuentos y que impresionantes fotografías, esa vista de la ciudad es increible... En ese fin del mundo uno se olvida del propio mundo escuchando todo lo que sus habitantes tienen que contar.
Una vez más gracias por dejarnos viajar un rato contigo.

8/22/2006 12:51:00 p. m.  
Blogger Ana desde el Sur del Mundo escribió...

Y vos, José Luis, tenés oidos para escuchar esas historias y el arte de contarnos a nosotros ese torbellino de historias que se nos meten bajo la piel...

Otra vez (y no me canso) te doy las gracias.

Besos desde el Sur del Mundo.

8/23/2006 02:33:00 p. m.  
Blogger mariolabegain escribió...

Saludos J.L.

No he podido dejar de leerte durante un buen rato. No me imagino por dónde puedes andar, pero te puedo sugerir Omkareshwar (bendito...), y Hampi... Hay miles de lugares más, claro, y tú estás en el lugar adecuado para tomar la decisión correcta. Ten mucha suerte y no dejes de contarnos día a día, que me trasladas a los ghats del Ganges en Benares, junto a ti en el bus en el que viajas o a la estación en la que te encuentras.
manumochila

8/25/2006 02:03:00 a. m.  
Blogger carlos blay escribió...

Hola

La Red es una red de casualidades insospechables... buscando información para preparar nuestro próximo viaje a grecia, tropiezo con vuestro blog, que me engancha, me enamora... y me doy cuenta de que también vosotros habéis viajado este verano a India. Puede, inlcuso, que nos hayamos visto, ¿quién sabe?

También nosotros estamos componiendo un blog sobre las múltiples impresiones de nuestro viaje a la India, por el que os invitamos a pasar: www.indiados.blogspot.com. Vuestra percepción de Jaisalmer, por ejemplo, se parece bastante a la nuestra.

Me gustaría tener vuestro email para haceros algunas consultas sobre Grecia, si es posible.

Saludos.

11/24/2006 09:35:00 a. m.  

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