Sólo esperar, sentados bajo el sol de esta taberna; una ligera brisa nos acaricia el pelo (bueno, te lo acaricia a ti, porque yo ya no tengo) y van llegando palabras, y una barca, desde la lejanía, chapaleando sobre las olas esparce hilos de espuma, esperar, porque sin duda no tenemos ya nada mejor que hacer, contemplar cómo los trozos de madera con clavos oxidados se ahogan en la arena mientras las gaviotas picotean algas medio podridas, esperar, porque quizá ya tenemos más cosas por detrás que delante, porque hemos atesorado dos vidas plenas de emociones y belleza (también ha habido algunas cosas malas, pero pocas, y también de ellas se aprende), esperar que podamos esperar mucho tiempo, todo el tiempo, que no hay otra palabra más bella que esperar.
Sólo esperar, sentados bajo el sol de esta taberna; una ligera brisa nos acaricia el pelo (bueno, te lo acaricia a ti, porque yo ya no tengo) y van llegando palabras, y una barca, desde la lejanía, chapaleando sobre las olas esparce hilos de espuma, esperar, porque sin duda no tenemos ya nada mejor que hacer, contemplar cómo los trozos de madera con clavos oxidados se ahogan en la arena mientras las gaviotas picotean algas medio podridas, esperar, porque quizá ya tenemos más cosas por detrás que delante, porque hemos atesorado dos vidas plenas de emociones y belleza (también ha habido algunas cosas malas, pero pocas, y también de ellas se aprende), esperar que podamos esperar mucho tiempo, todo el tiempo, que no hay otra palabra más bella que esperar.
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7 Comentarios:
Traigo hilos de espuma que refrescan la espera estival, hilos de espuma para adornar este cruce de palabras, que se aletarga en las plácidas siestas frente al mar.
Esperar como yo esparaba a mi padre cuando venía de la mar, con mil ganas de verlo, con mil ganas de abrazarlo... Esperarlo en una taberna como la vuestra, con vistas al mar, con un refresco en las manos. Y al ver la proa del barco, salir corriendo y esperarlo en el muelle...
Hay veces que sueño que vuelve, pero no.. ya solo es un sueño mi espera... Creo que ahora él me espera a mi...
Yo te espero lo que haga falta, aquí en el banco de fuera de la taberna.
Acabo de coger un libro de la casa de Pon, asique me sentaré en el banco con ella y te esperaremos como en otra ocasión ya te esperamos.
Me he comprado una bolsa de pipas y estoy sentada esperando veros aparecer por el final de la playa.
Un beso a los dos
Feliz interludio.
Te esperaré, por supuesto que te esperaré.
Esperaré tus nuevas vivencias convertidas en palabras que evocan sentimientos profundos.
Un abrazo agradecido por tanto.
Lindo blog, lo he estado leyendo un rato, encontré su enlace en el blog de la reunión. Que pena que no puedan asistir, pero de cualquier forma quedan invitados a estar en contacto, hasta el otro lado del mundo. Un saludo.
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