La taberna del mar: Quiebra

17 octubre 2008

Quiebra


Ahora veía por delante el camino despejado para cumplir sus sueños. Si perdía todo el dinero en una partida de mus, no tenía más que llamar a su tío, a Londres. Por fin habían terminado aquellas interminables trifulcas familiares que tantos disgustos le habían dado. Todo sería para él, las joyas que dejaron los abuelos y las colecciones de arte que había juntado la tía, y más adelante, todos los palacios del tío también serían suyos. Entre tanto, podía seguir ocioso, jugando a las cartas, o vagando de aquí para allá, degustando refrescos alcohólicos bajo los toldos de las cafeterías, mientras veía deslizarse ante sí hordas de cuerpos lascivos y semidesnudos.

Aquella noche tenía partida de poker con otros farsantes como él, recién venidos de la capital. Llegó tarde a la cita, pensando que no sería el último. Pero no, los demás ya estaban allí, con aspecto alegre, tal vez medio borrachos, colorados entre el humo. Y durante la partida lo perdió absolutamente todo, tanto lo que llevaba encima como lo que dejó a deber, que no fue poco. Incluso más tarde, camino a casa, tuvo que pedirle a su ídolo del burdel que le aplazara el pago por los favores prestados.

Cuando despertaron rieron todos, los farsantes de la capital y la plantilla del burdel. Habrían perdido lo que les debía, pero sin saber bien por qué, les hizo gracia enterarse de que todos los bancos de Londres acababan de quebrar.


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3 Comentarios:

Blogger Strawberry Roan escribió...

A mí también me hace gracia. ¿Eso quiere decir que soy un cabroncete como los farsantes de la capital o la plantilla del burdel?
El tío rico de Londres como que no podrá ayudarlo, ¿no?
Jeje, pobrecillo

10/18/2008 10:09:00 p. m.  
Blogger pon escribió...

Una penita grande no poder ir de putas como siempre.......

10/19/2008 10:48:00 a. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

bueno, seguro que le queda algun pellizquito en las Islas Caimán

10/20/2008 12:25:00 p. m.  

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