Diecinueve poemas escritos en dos horas (11)
Voy al comedor
y tú te marchas a la cocina,
voy a la cocina y ya te has ido.
Paseamos por la casa como fantasmas
pero mis cadenas son mucho más pesadas
y hacen ruido.
Tras las cortinas,
ráfagas de aire helado
y la ventana abierta
y un patio con baldosas mojadas
y cuerdas de tender la ropa.
Y pienso en el peso de un cuerpo
sobre las cuerdas,
y en su rebote
y en la trayectoria
e imagino a un muñeco de esos sin cara
un dummie
de los que usan en los experimentos
de accidentes de coche
rebotando
de poyete en poyete
de cuerda en cuerda
de tejadillo en tejadillo.
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y tú te marchas a la cocina,
voy a la cocina y ya te has ido.
Paseamos por la casa como fantasmas
pero mis cadenas son mucho más pesadas
y hacen ruido.
Tras las cortinas,
ráfagas de aire helado
y la ventana abierta
y un patio con baldosas mojadas
y cuerdas de tender la ropa.
Y pienso en el peso de un cuerpo
sobre las cuerdas,
y en su rebote
y en la trayectoria
e imagino a un muñeco de esos sin cara
un dummie
de los que usan en los experimentos
de accidentes de coche
rebotando
de poyete en poyete
de cuerda en cuerda
de tejadillo en tejadillo.
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4 Comentarios:
De nuevo de vuelta al primer mundo y con conexión sin saltos
Mientras no le veas cara al muñeco, es un poema de realidad, de lo contrario..seria demasiada tormenta sacudiendo neuronas jajaja
Te mande besos y saludos, espero los hayas recibido
¿Fantasmas y muñecos rebotando en los poyetes? Mejor que tus cadenas sean pesadas.
Vale, y luego mira parriba que por entre los tendederos y las antenas de televisión, el cielo es azul.
Y deja ya de deambular por la casa hombre, que me estás poniendo nerviosa!!!!
¡Serrano, cierra la ventana ahora mismo y ven acapacá!
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