Diecinueve poemas escritos en dos horas (7)
Entre Wittgenstein y Hegel
pasamos los domingos
(alguno pensará que somos unos palizas)
pero la verdad es que no es para tanto
porque de lo que no se puede hablar
es mejor no hablar,
así que tú sigues con tu Hegel
y yo con mi Wittgenstein
(que es un pez rojo que compré
en el rastro)
y le doy de comer
y la cambio el agua
y le enchufo con la linterna
con la luz apagada
porque me gusta el reflejo rojo
que las escamas reflejan por el cuarto.
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pasamos los domingos
(alguno pensará que somos unos palizas)
pero la verdad es que no es para tanto
porque de lo que no se puede hablar
es mejor no hablar,
así que tú sigues con tu Hegel
y yo con mi Wittgenstein
(que es un pez rojo que compré
en el rastro)
y le doy de comer
y la cambio el agua
y le enchufo con la linterna
con la luz apagada
porque me gusta el reflejo rojo
que las escamas reflejan por el cuarto.
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5 Comentarios:
Porque lo has aclarado, que yo empecé a creer que era otro filósofo
¿Pero le llamas Bitguenstain, o pececito?
bueno, realmente es un pececito con nombre de filósofo
Vaya nombrecito para el pobre pez!!!!
Le podrías haber puesto Kant que es mucho más fácil de pronunciar.
O Nemo.....
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