De rodillas
Está de rodillas,
a la manera de los peregrinos
creyentes en alguna fe sin sentido,
alabando un sol imaginario
imposible de ver entre cuatro paredes,
y va de rodillas
rasguñando la piel de sus piernas
y dejando un rastro de sangre sobre el pavimento,
adelante,
siguiendo una luz imaginaria
imposible de ver por una mente cegada.
Anda deplorable,
arrastrándose sobre los guijarros del suelo
cual caudillo de reptiles despreciados,
para nada,
sin ningún propósito,
llevando también a rastras su conciencia.
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2 Comentarios:
Qué duro. Ha tenido que haberlo hecho muy mal para permitir ese dolor.
(siento estropearlo siendo el primero en pedir una copa, pero es el único bar abierto en esta calle)
Un saludo!
¡que dolor!
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