Cuadernos de Koh Samui (1)
Aquella última noche,
camino del hotel,
lloraba por todos los putos de Bangkok,
no por pena, obviamente,
sino por la pura belleza
de sus cuerpos jóvenes,
por la inutilidad de sus pantorrillas imberbes,
de sus pantalones cortos de colegial,
de sus camisas azules de vestir,
tan elegantes,
de sus saltitos de ardilla,
de sus calcetinitos blancos,
por su belleza efímera
(no más de dos veranos),
por no poder vivir once vidas.
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3 Comentarios:
Nostalgia de Bangkok, lo que no entiendo es lo de "saltitos de ardilla".
saltaban como ardillitas al ritmo de la música, encima de la barra de los bares
Bueno, ya me lo imaginaba, pero me hacía gracia leer la explicación completa...
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