La mañana
Todo vuela detrás de tu cuerpo intocable
y la última noche aún quema
versos que se apagan con un roce.
Con fiebre descubro que la oscuridad
se deslíe como esos pájaros negros
que se mueren por cientos
sin que nadie sepa la causa.
Me gustaría no haberme despertado
o haberlo hecho en tus brazos,
pero ya es tarde y las sábanas aún guardan
el peso de tu espalda.
Ya no es hora ni siquiera de hacer testamento
así que camino por el borde de mis párpados
porque no quiero salirme de mi adentro.
El destino no se deja cortar con
afiladas y benditas cuchillas.
Acaricio nuevamente mis cicatrices
mientras entra,
absurdamente luminosa, la mañana.
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y la última noche aún quema
versos que se apagan con un roce.
Con fiebre descubro que la oscuridad
se deslíe como esos pájaros negros
que se mueren por cientos
sin que nadie sepa la causa.
Me gustaría no haberme despertado
o haberlo hecho en tus brazos,
pero ya es tarde y las sábanas aún guardan
el peso de tu espalda.
Ya no es hora ni siquiera de hacer testamento
así que camino por el borde de mis párpados
porque no quiero salirme de mi adentro.
El destino no se deja cortar con
afiladas y benditas cuchillas.
Acaricio nuevamente mis cicatrices
mientras entra,
absurdamente luminosa, la mañana.
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2 Comentarios:
Una especie de Escher de la poesía caminando por su propio borde, espectacular.
habrá una tarde???
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