He vuelto a mi isla
He vuelto a mi isla,
en el hatillo una botella de whisky,
alubias negras y morcilla,
recuerdos de mi patria perdida.
Los pasajeros hemos cargado
los bártulos en la barca, blanca y azul,
para atravesar lentamente
esta ría plateada,
y en la taberna del mar
hemos visto reír a los niños
mientras el capitán sigue vaciando
barriles de cerveza.
La barca vadea
entre el castillo derruido
y el faro renovado
de regreso a puerto
y entonces, sentado a la mesa
he sacado los papeles y lápices
y entre manchas
ha comenzado a perfilarse
un esbozo verde,
entre las piedras negras de mi islote,
calcetines gruesos de lana,
un carro que avanza dudoso
meneándose sobre caminos de arena,
las lejanas montañas reflejadas
sobre la calma superficie del mar,
la caseta de mi isla,
el muelle que se hunde en el agua,
y todas las aves que regresan
de vuelta a mi recuerdo:
gaviotas, cuervos, mirlos y palomas,
patos y perdices
que vuelan bajo el gris de las nubes
y buscan mi isla una vez más
girando sobre los botes de pesca.
Hubo tardes lejanas
en el puerto escondido,
y las habrá de nuevo
en cualquier refugio costero.
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en el hatillo una botella de whisky,
alubias negras y morcilla,
recuerdos de mi patria perdida.
Los pasajeros hemos cargado
los bártulos en la barca, blanca y azul,
para atravesar lentamente
esta ría plateada,
y en la taberna del mar
hemos visto reír a los niños
mientras el capitán sigue vaciando
barriles de cerveza.
La barca vadea
entre el castillo derruido
y el faro renovado
de regreso a puerto
y entonces, sentado a la mesa
he sacado los papeles y lápices
y entre manchas
ha comenzado a perfilarse
un esbozo verde,
entre las piedras negras de mi islote,
calcetines gruesos de lana,
un carro que avanza dudoso
meneándose sobre caminos de arena,
las lejanas montañas reflejadas
sobre la calma superficie del mar,
la caseta de mi isla,
el muelle que se hunde en el agua,
y todas las aves que regresan
de vuelta a mi recuerdo:
gaviotas, cuervos, mirlos y palomas,
patos y perdices
que vuelan bajo el gris de las nubes
y buscan mi isla una vez más
girando sobre los botes de pesca.
Hubo tardes lejanas
en el puerto escondido,
y las habrá de nuevo
en cualquier refugio costero.
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4 Comentarios:
He leido el texto dos veces y me ha dejado una sensación que no me gusta nada.
Volveré a la taberna, lo leeré mil veces y espero que esa sensación sólo haya sido una mala pasada de mi imaginación,
Ves? Eso es la poesía
siempre hay islas y tabernas, por todas partes (menos mal)
el problema es que suena a epilogo o a fin de algo, eso es lo que no nos gusta supongo
isla de amuitz
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