Vagos recuerdos
Según se renuevan mis mundos a diario,
y mientras el amarillo del sol
va dejando paso a un rojo que duele,
las nubes huidizas sobre las altas montañas
dejan a ratos mi corazón a la sombra.
De vez en cuando brotan
luminosas las margaritas en los prados
y luego surgen más oscuros
los montones de tierra dejados por los topos,
pero el sol sigue siempre ahí arriba,
sobre los intervalos de nubes juguetonas,
y no deja de traerme de nuevo
el rastro del mundo que ayer quedó antiguo,
el recuerdo de la tierra que anteayer
fue demasiado vieja,
las palabras silenciosas de aquellos sucesos
vividos hace siglos.
Así quedan en la velada memoria
los hechos que un día parecieron inmortales,
así van aguándose en los lagos
los cristales que se escapan de mis manos,
una vez de ámbar, ahora de miel,
últimas chispas de esta luz que languidece tan despacio.
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3 Comentarios:
así, de sopetón y en pleno agosto
precioso !!
Como siempre.
muy bueno, transmite experiencia, invita a la tranquilidad, claro, de saber esperar el atardecer al borde de la orilla del mar (con lo que el propio atardecer sepa traer ;) )...
¡Gracias!
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