La taberna del mar: Encargos incumplidos

21 enero 2008

Encargos incumplidos

Prometí escribir sobre nada
y no sé si lo hice.
Sobre lo que dijiste la otra noche
(pero son muchas ya).
Por la puerta que quedó entreabierta se colaron
ráfagas de aire helado,
y las enredaderas no se han metamorfoseado en nada,
si acaso aun se han enredado un poco más.
La monotonía implacable de los rayos de luna no trajo
ninguna consecuencia inesperada
(más bien resultó ser obvia)
y la desconfianza de los corazones de barro
ha dejado por fin de ser inesperada.
La luz seguirá inalterada tras los amores culpables
(algo por lo que todos sin duda damos gracias)
y los cerezos del barrio viejo ni se aturden
porque este invierno no nieva.
Pero no podré escribir nada
sobre las grávidas acequias de la melancolía,
que ya parieron hijos de magma venenoso,
ni sobre la anodina incandescencia gris de tus ojos congelados
(hace tiempo que dejó de ser anodina).

La perenne inquietud tras los armarios sigue siendo perenne,
y la podredumbre de los ejecutivos es aun más exacerbada.

Espero que los encargos sean más factibles este año.

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2 Comentarios:

Anonymous Anónimo escribió...

Daba pena olvidar a los locos, pero ya tenía ganas de volver a estos encargos imposibles. Muy hermoso.

1/21/2008 01:26:00 p. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Los doce encargos te han salido redondos.

1/21/2008 06:43:00 p. m.  

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