La taberna del mar: Nuestros fantasmas

07 junio 2006

Nuestros fantasmas

Hace frío en la calle, nuestros fantasmas andan contra el viento ululando, de noche, sin saber dónde quedarse, dónde tomar descanso, dónde templar sus almas si es que tienen algo así, sin saber a dónde ir, sin saber cuánto tiempo les queda para andar perdidos contra el viento, ululando, de noche...

Pero nuestros fantasmas no van juntos, cada uno anda perdido por su lado, en contra de su viento gritando sus alaridos con dolor, sufriendo en soledad el frío de la calle, quejándose. Desde dentro de casa puedo escuchar sus lamentos subiendo por los cantones de las callejas, entre la niebla surgida del frío, elevándose hacia la negra noche.

Mientras, te escribo estas palabras con sumo dolor, para que sepas la verdad, mi amor, para que sepas que me estoy vaciando por ti, que no soy nada, que no sé dónde quedarme, que no quiero vivir más porque vivir así no es vivir, querido amigo, para que sepas que no soy más que el fantasma de éste que has conocido, ululando en la fría esquina de tu calle.

8 Comentarios:

Anonymous Anónimo escribió...

Bonito ver materializarse en esos raíles todo lo que nos une.

6/07/2006 08:14:00 a. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Hace unas semanas quedé por fin, tras infructuosos intentos, con el mío: a las 10 de la noche, donde tú ya sabes, le dije. Yo hacía como que bebía, y me dediqué a llenarle el vaso una y otra vez, hasta que cayó dormido, de tan borracho.
Por fin me deshice de él.
Los que le han visto me dicen que vaga de un lugar a otro, perdido, despeñándose continuamente por las escaleras, golpeando su rostro contra otros rostros y otras personas y otros fantasmas, buscándome por los rincones de luz oscura, por las calles que no llevan a ninguna parte…
Desde ese día me siento como más ligero, no noto por la espalda los abrazos fríos, sus dedos aprisionando mi sien, sus gélidos susurros en mis oídos…
Aunque a veces, sólo a veces, la soledad me acecha y echo de menos su compañía, su presencia…
Pero es sólo un momento. Sólo a veces…

muscari

6/07/2006 10:09:00 a. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Cierto que la estación de Canfranc, un arca perdida en mitad de la nada, un despropósito como tantos otros se han dado por doquier en la historia ferroviaria de esta país, una sombra liviana del futuro esplendoroso que le deparaba a esta semiabandonada línea, es prácticamente una estación fantasma, y digo prácticamente porque todavía 4 trenes diarios interrumpen y evitan su letargo de octogenaria; casi la humillan con un tráfico tan escaso y unos trenes tan cortos para lo que tenía que ser una fastuosa puerta de entrada pirenaica. Y además la vergonzosa memoria del oro nazi que cruzó el túnel ferroviario, de momento, más largo de la península Ibérica por oscuras motivaciones y deleznables destinos se une a sus gloriosos ecos históricos y no la dejan, afortunadamente para todas las personas sensibles y que amamos el tren, entrar en un sueño del que muchos quisieran que no despertase. Y por si se duerme, de noche, las luces iluminan la majestuosa estación como un mausoleo regalado por la historia en mitad de un escarpado valle ¿acaso los arqueólogos dentro de 4.500 años cuando contemplen sus muros se preguntarán el porqué de su ubicación y su función primigenia? Francia nunca la quiso, quizás por no estar en su territorio; y España tal vez tampoco vistos los inexistentes esfuerzos por restaurarla y mantenerla como se merecía. Menos mal que sus comatosos fantasmas nos recuerdan su presencia y todavía hay quien abandera en sus idearios la recuperación de su actividad, aunque hasta el momento haya que decir que con casi nulos resultados.

6/07/2006 01:46:00 p. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Hay días más tristes que una despedida en una vieja estación.
Hay días que pese al sol nos envuelve la tiniebla.
Hay días en los que vagas como alma en pena por las calles.
Y peor: sin nadie por quien ulular; sin nadie por quien llorar.
Hoy es uno de esos días.
Un abrazo amigo. Un abrazo.

6/07/2006 02:44:00 p. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Arropando a esa estación hay un paisaje magnífico, montañas que parecen que llegan al cielo azul. La estación está en situación de abandono pero detrás de ella hay un espacio en permanente apertura.

Yo he recorrido esas montañas, las he cruzado de un lado a otro, mis fantasmas se los llevó el viento pirenaíco.

6/08/2006 11:11:00 a. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

a veces mis dragones me despiertan con su fuego quemándome las entrañas...
a veces me miro al espejo y lloro, me reflejo, me siento, me encuentro...
y no quiero verme, ni reflejarme, ni sentirme ni encontrarme...

Despues me invade el sosiego y la calma... y fundo mis entrañas con el viento, mientras los fantasmas bailan con mi tiempo, mientras el espejo se agrieta con mi reflejo.



"el miedo tiene varios accesorios
uno es el horizonte inalcanzable
pero el más despiadado es el espejo
que va agregando arrugas y otras huellas de los engaños y de las tristezas."
Benedetti

6/08/2006 02:25:00 p. m.  
Blogger un-angel escribió...

Cuanta melancolía inspiran las palabras y la hermosa fotografía. El mar desde esta taberna hoy tiene un color verde oscuro y el cielo se ve nublado...

6/09/2006 12:02:00 a. m.  
Blogger Dalia escribió...

Este mensaje huele a tristeza, a soledad, como el aroma de la estación de trenes, a separación.

6/14/2006 04:16:00 p. m.  

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