Ventanas sin cortina
En casa de Hermann y Hans hay ventanas, pero no cortinas. En las casas de la calle Chemnitzstrasse de Hamburgo nadie tiene cortinas en las ventanas.
Hermann es del mismo Hamburgo, Hans de un pueblecito de al lado. Viven juntos desde hace tiempo, desde que se conocieron en Sankt Pauli una templada noche de hace once años.
Hans llega tarde a casa, porque tiene que trabajar duro. Cuando entra en la cocina, Hermann tiene la cena preparada, la cena hecha con mucho mimo.
En Chemnitzstrasse se ven las cocinas de las casas a través de las ventanas, porque no hay cortinas. Hans y Hermann cenan alegremente, contándose las pequeñas cosas de cada día.
Hans ha puesto música y ha comenzado a bailar, dando saltos de un lado a otro con movimientos alocados. Hermann no puede contener la risa sentado en el alféizar de la ventana.
Hans baila para espantar los negros cuervos de la cabeza de Hermann. Hermann ríe porque sabe que no podría ir a dormir sin haber visto bailar a Hans.
Hermann es del mismo Hamburgo, Hans de un pueblecito de al lado. Viven juntos desde hace tiempo, desde que se conocieron en Sankt Pauli una templada noche de hace once años.
Hans llega tarde a casa, porque tiene que trabajar duro. Cuando entra en la cocina, Hermann tiene la cena preparada, la cena hecha con mucho mimo.
En Chemnitzstrasse se ven las cocinas de las casas a través de las ventanas, porque no hay cortinas. Hans y Hermann cenan alegremente, contándose las pequeñas cosas de cada día.
Hans ha puesto música y ha comenzado a bailar, dando saltos de un lado a otro con movimientos alocados. Hermann no puede contener la risa sentado en el alféizar de la ventana.
Hans baila para espantar los negros cuervos de la cabeza de Hermann. Hermann ríe porque sabe que no podría ir a dormir sin haber visto bailar a Hans.
8 Comentarios:
Es bueno que esas ventanas no tengan cortinas, hay que ser generoso y dejar que tanto amor salga por los cristales e ilumine un poco el mundo
Que bueno es no tener nada que ocultar.
Cuanta belleza en tu texto, amigo.
Me gustan las casas sin cortinas.
Sobretodo si se pueden ver cosas así.
Le deseo dulces sueños
Bailes y risas saliendo por las ventanas.
Ay, Zendoia, Zendoia...
Que envidia no necesitar cortinas en las ventanas.
Que envidia tener alguien que baile a tu lado sin cortinas.
Que envidia todo lo que escribes.
Como siempre gracias.
Una abrazo.
Solo necesitamos que nos cuiden, que nos protejan... que nos quieran. A partir de ahí el mundo es lo que vemos a través de esa ventana.
Pues si, quitemos las cortinas, que se vea nuestra celebración.
Se ponen tantas cortinas a la vida, que así nos luce el pelo.
Y el vecino de enfrente promete que si algun día a Hans no le apetece bailar se irá él y bailará sevillanas, la sardena un aurresku, un chotis o una seguidilla y si no es suficiente se liará a tiros con los cuervos para que Hermann siga riendo en el alfeizar de la ventana.
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