El precio de las huertas
Observo desde la lejanía el canal que lleva el agua robada al río, brillante a la luz del ocaso, serpenteando en zigzag como un reptil junto al camino, canal que riega los huertos en donde crecen pimientos y tomates. Junto a la acequia se hallan los árboles del membrillo, esos que esparcen su olor allá en otoño. Las viejas casetas de las huertas, que antaño servían para guardar la herramienta, se han convertido en chalets de suntuosidad fingida. El precio de la tierra ha aumentado al mismo ritmo que estas construcciones, mucho más rápido que el de tomates y pimientos. La parcela contigua a la de Germán, por ejemplo, se vende en cincuenta y cinco millones de pesetas, incluido el chalecito recién construido.
Dice Germán que ya le gustaría vender su terreno en siete millones, antes que seguir teniéndolo en propiedad, total, la huerta no le da más que trabajo y él preferiría venderla para disfrutar del dinero obtenido. Normal. Normal la primera vez que lo oyes, porque luego empiezas a pensar: la huerta le exige trabajo a Germán, pero gracias a ello sigue unido a la tierra, vinculado a sus plantas de tomates y pimientos, fundido al agua abundante robada al río, unido, en fin, al misterio de la vida. Si vendiera el huerto, para que un tratante se forrase, ¿qué haría con esos siete millones de pesetas? ¿a qué le llama disfrutar?
6 Comentarios:
Solo después que el ultimo árbol haya sido cortado
Solo después que el último rió sea envenenado
Solo después que el ultimo pez haya sido pescado
Solo entonces descubrirás que el dinero no se puede comer”
Profecía de los indios Cree
CARTA DEL JEFE INDIO Noah Sealth, 1854 al Presidente de los EEUU
"¿Como se puede comprar o vender el firmamento, ni aun el calor de la tierra? Dicha idea nos es desconocida.
Si no somos dueños de la frescura del aire ni del fulgor de las aguas, ¿Como podran ustedes comprarlos?
Cada parcela de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada brillante mata de pino, cada grano de arena en las playas, cada gota de rocio en los bosques, cada altozano y hasta el sonido de cada insecto, es sagrada a la memoria y el pasado de mi pueblo. La savia que circula por las venas de los arboles lleva consigo las memorias de los pieles rojas.
Los muertos del hombre blanco olvidan su pais de origen cuando emprenden sus paseos entre las estrellas, en cambio nuestros muertos nunca pueden olvidar esta bondadosa tierra puesto que es la madre de los pieles rojas. Somos parte de la tierra y asimismo ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas; el venado, el caballo, la gran aguila; estos son nuestros hermanos. Las escarpadas peñas, los humedos prados, el calor del cuerpo del caballo y el hombre, todos pertenecemos a la misma familia.
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Por todo ello, cuando el Gran Jefe de Washington nos envia el mensaje de que quiere comprar nuestras tierras, nos esta pidiendo demasiado. Tambien el Gran Jefe nos dice que nos reservara un lugar en el que podemos vivir confortablemente entre nosotros. El se convertira en nuestro padre, y nosotros en sus hijos. Por ello consideraremos su oferta de comprar nuestras tierras. Ello no es facil, ya que esta tierra es sagrada para nosotros.
El agua cristalina que corre por los rios y arroyuelos no es solamente agua, sino que tambien representa la sangre de nuestros antepasados. Si les vendemos tierras, deben recordar que es sagrada, y a la vez deben enseñar a sus hijos que es sagrada y que cada reflejo fantasmagorico en las claras aguas de los lagos cuenta los sucesos y memorias de las vidas de nuestras gentes. El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre.
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Llos rios son nuestros hermanos y sacian nuestra sed; son portadores de nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si les vendemos nuestras tierras, ustedes deben recordar y enseñarles a sus hijos que los rios son nuestros hermanos y tambien los suyos, y por lo tanto, deben tratarlos con la misma dulzura con que se trata a un hermano.
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Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestro modo de vida. El no sabe distinguir entre un pedazo de tierra y otro, ya que es un extraño que llega de noche y toma de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermana, sino su enemiga y una vez conquistada sigue su camino, dejando atras la tumba de sus padres sin importarle. Le secuestra la tierra de sus hijos. Tampoco le importa. Tanto la tumba de sus padres, como el patrimonio de sus hijos son olvidados.Trata a su madre, la Tierra, y a su hermano, el firmamento, como objetos que se compran, se explotan y se venden como ovejas o cuentas de colores. Su apetito devorara la tierra dejando atras solo un desierto. No se, pero nuestro modo de vida es diferente al de ustedes. La sola vista de sus ciudades apena la vista del piel roja. Pero quizas sea porque el piel roja es un salvaje y no comprende nada.
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No existe un lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ni hay sitio donde escuchar como se abren las hojas de los arbolesen primavera o como aletean los insectos.Pero quiza tambien esto debe ser porque soy un salvaje que no comprende nada. El ruido parece insultar nuestros oidos. Y, despues de todo, ¿Para que sirve la vida, si el hombre no puede escuchar el grito solitario del chotacabras ni las discusiones nocturnas de las ranas al borde de un estanque? Soy un piel roja y nada entiendo. Nosotros preferimos el suave susurro del viento sobre la superficie de un estanque, asi como el olor de ese mismo viento purificado por la lluvia del mediodia o perfumado con aromas de pinos. El aire tiene un valor inestimable para el piel roja, ya que todos los seres comparten un mismo aliento - la bestia, el arbol, el hombre, todos respiramos el mismo aire. El hombre blanco no parece consciente del aire que respira; como un moribundo que agoniza durante muchos dias es insensible al hedor. Pero si les vendemos nuestras tierras deben recordar que el aire no es inestimable, que el aire comparte su espiritu con la vida que sostiene. El viento que dio a nuestros abuelos el primer soplo de vida, tambien recibe sus ultimos suspiros. Y si les vendemos nuestras tierras, ustedes deben conservarlas como cosa aparte y sagrada, como un lugar donde hasta el hombre blanco pueda saborear el viento perfumado por las flores de las praderas. Por ello consideraremos su oferta de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, yo pondre una condicion: El hombre blanco debe tratar a los animales de esta tierra como a sus hermanos.
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Soy un salvaje y no comprendo otro modo de vida. Hhe visto a miles de bufalos pudriendose en las praderas, muertos a tiros por el hombre blanco desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo como una maquina humeante puede importar mas que el bufalo al que nosotros matamos solo para sobrevivir.
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¿Que seria del hombre sin los animales? Si todos fueran exterminados, el hombre tambien moriria de una gran soledad espiritual; Porque lo que le sucede a los animales tambien le sucedera al hombre. Todo va enlazado.
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Deben enseñarles a sus hijos que el suelo que pisan son las cenizas de nuestros abuelos.Inculquen a sus hijos que la tierra esta enriquecida con las vidas de nuestros semejantes a fin de que sepan respetarla. Enseñen a sus hijos que nosotros hemos enseñado a los nuestros que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra le ocurriria a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en el suelo, se escupen a si mismos.
Esto sabemos: la tierra no pertenece al hombre; el hombre pertenece a la tierra. Esto sabemos. Todo va enlazado, como la sangre que une a una familia. Todo va enlazado.
Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrira a los hijos de la tierra. El hombre no tejio la trama de la vida; el es solo un hilo. Lo que hace con la trama se lo hace a si mismo. Ni siquiera el hombre blanco, cuyo Dios pasea y habla con el de amigo a amigo, queda exento del destino comun.
Despues de todo, quizas seamos hermanos. Ya veremos. Sabemos una cosa que quiza el hombre blanco descubra un dia: nuestro Dios es el mismo Dios. Ustedes pueden pensar ahora que El les pertenece lo mismo que desean que nuestras tierras les pertenezcan; pero no es asi. El es el Dios de los hombres y su compasion se comparte por igual entre el piel roja y el hombre blanco. Esta tierra tiene un valor inestimable para El y si se daña se provocaria la ira del creador. Tambien los blancos se extinguiran, quizas antes que las demas tribus. Contaminan sus lechos y una noche pereceran ahogados en sus propios residuos. Pero ustedes caminaran hacia su destruccion, rodeados de gloria, inspirados por la fuerza de Dios que los trajo a esta tierra y que por algun designio especial les dio dominio sobre ella y sobre el piel roja. Ese destino es un misterio para nosotros, pues no entendemos por que se exterminan los bufalos, se doman los caballos alvajes, se saturan los rincones secretos de los bosques con el aliento de tantos hombres y se atiborra el paisaje de las exuberantes colinas con cables parlantes.. ¿Donde esta el matorral? Destruido. ¿Donde esta el aguila? Desaparecio. Termina la vida y empieza la supervivencia."
Cada vez somos más gente, y nos toca vivir en ciudades, se nos van quedando atrás las flores junto a arroyos salvajes, pero algo tendremos que hacer para conservar el alma de los que pasaron, para oir los revolotear los insectos, para tener agua que beber y aire que respirar.
¿Cuánto vale un trozo de huerta urbanizada? Por desgracia, lo que esté dispuesto a pagar el mejor postor.
¿Cuánto vale el aire que respiramos? No tardaremos mucho en tener que pagar por él.
Los seres humanos necesitamos ponerle nombre, precio, dios, rostro a todo. No es más que miedo a la muerte, deseo de permanencia, intentos absurdos de vencer la única verdad de la vida: que se acaba. Tasamos hasta el aire, sin darnos cuenta que lo único por lo que pagamos precio real en esta vida son los afectos y los desamores.
Quizá para German, el disfrutar sea simplemente, sentarse a la puerta de su casa, saborear un buen vino y contemplar el cambio de la tierra con el paso de las estaciones y así dejar de mirar todo el día el cielo para adivinar si mañana lloverá, si por la noche la helada destrozará sus tomates o si saldrá un sol abrasador que quemará toda su huerta.
Al final sus hijos lograron convencerlo para que vendiese su huerta, hoy German sentado en su puerta maldice el día que se desprendió de su tierra y mira al cielo para pedirle que le lleve a los "siete pies de tierra que tiene en el camposanto".
"La tierra es lo único que importa"; eso le dijo el viejo O'Hara a su hija Scartett, en "Lo que el viento se llevó". Y pocas veces una frase me ha parecido tan acertada.
Miras a tú alrededor, y cada vez hay más alfalto, y cemennto. Estamos reduciendo el verde a pequeños parques, que a veces nadie recuerda regar.
Pobre Germán... ¿disfrutar el dinero?, lo dudó, si ya es una persona mayor, o si siempre ha crecido ligado a la tierra... esas pesetas le van a pesar como sacos de arena en los bolsillos y como tal se va a escurrir entre sus dedos. Hay lazos que no se rompen nunca.
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