Cuadernos de Koh Samui (5)
Si me pierdo
París entra en el callejón
con su barriga bamboleante
y su perfume de colonia barata,
la cara roja y la nariz llena de venas.
Bangkok está sentado y se pone de pie
cuando le ve,
por si la moscas.
Vigoroso y rutilante.
Hermoso de juventud.
Berlín, desde la silla de una terraza
vomita cerveza en un balde de plástico amarillo.
La camisa sudada hasta extremos inimaginables.
Mira a Bangkok, que se despereza
y su axila perfuma la noche como el frangipán.
Madrid sale y entra de los bares,
se asoma para ver a los muchachos que bailan
en calzoncillos en la barra.
Se tambalea y un reguero de baba le empapa la camisa.
Roma va a reventar.
Come hamburguesas y bebe cerveza como una bestia.
Bangkok se ríe.
Sabe que en algún momento tendrá
su boca asquerosa en alguna parte de su cuerpo.
Pero prefiere eso que estar recogiendo arroz.
París, Roma, Madrid, Berlín:
por mí podéis iros todas a la puta mierda.
Si me pierdo ya sabéis dónde buscarme.
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1 Comentarios:
He ahí el peligro del turismo consumista, que se ve cada cosa de lo más deprimente. Y suerte que no estaba Washington...
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