Casi sin noche
cuando aquel chapero
te lanzó una mirada lasciva
antes de robarle el bolso
a la chica rechoncha
con minifalda
y embadurnada de maquillaje,
no había casi noche
cuando aquel travelo enorme
intentaba organizar un karaoke
sobre la barra del bar,
ni cuando el violento marino
hacía gestos
por todas las esquinas
amenazando con una paliza
a los chicos borrachos
con síndrome de down,
no había casi noche
cuando los abueletes con olor a pis
se acercaban al baño
dando tumbos
después de haber bebido
quince litros de cerveza,
no había casi noche
en el solsticio de verano de Aberdeen,
cuando el anochecer
se unió al alba.
No lo creerías
si no lo hubieras visto.
2 Comentarios:
habrá que ir a verlo...
qué envidia
La verdad es que incluso viéndolo parecía imposible
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