La taberna del mar: Cleobis y Bitón

24 enero 2007

Cleobis y Bitón


A J.M. que se nos fue de esta vida como había pasado por ella: de puntillas.

Siempre me ha encantado la hermosa historia de los hermanos gemelos Cleobis y Bitón, cuyas magníficas estatuas se pueden ver en el Museo Arqueológico de Delfos. Su madre Cipide era una sacerdotisa de la diosa Hera. En uno de sus desplazamientos para acudir al festival de Hera en Argos, sus hijos, fuertes y jóvenes como nos hacen suponer las magníficas esculturas que los representan, se ofrecieron a ser ungidos al carro en lugar de los bueyes, pues éstos andaban ocupados en el campo (otras versiones cuentan que los bueyes desfallecieron en el largo camino y los hermanos les relevaron). El carro con la sacerdotisa fue arrastrado hasta Argos por Cleobis y Bitón, llegando a tiempo para el festival. Cuando llegaron al lugar de la celebración, la madre, emocionada por la devoción de sus hijos, que se tumbaron exhaustos sobre la arena, pidió a Hera que les concediera el mejor regalo que los dioses podrían ofrecer a un mortal. Hera no se lo pensó demasiado: delante de la desconsolada y arrepentida madre, la diosa decidió que Cleobis y Bitón merecían ese regalo: los hermanos gemelos murieron allí mismo, en la arena.

La muerte como el mejor regalo de los dioses, como el premio a una vida feliz y completa, como el merecido descanso, como el eterno olvido. Los cristianos nos hemos acostumbrado a temer a la muerte, pues entonces nos enfrentamos a nuestras acciones en el famoso juicio en el que pesarán nuestra alma, que se condenará en el fuego eterno o gozará de la infinita dicha de permanecer ante la presencia de Dios por toda la eternidad. Pensar en la muerte como en el mejor regalo de los dioses nos cuesta trabajo. Y sin embargo, qué liberador, qué estremecedor, qué esperanzador.

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9 Comentarios:

Blogger Jose M. Zendoia escribió...

Descanse en paz.
Hay regalos por los que merece esperar, éste nunca se sabe cuando toca.

1/24/2007 09:52:00 a. m.  
Blogger pon escribió...

Cuando los dioses nos quieren castigar, nos conceden nuestros deseos.
La vida no tendría valor si no tuviera final, ese es el regalo de la muerte en la partida de ajedrez.

1/24/2007 12:12:00 p. m.  
Blogger José L. Serrano escribió...

Ahí le has dao, amiga Pon.

De pequeño no entendía aquella frase de Santa Teresa "Hay más quejas en el cielo por plegarias atendidas que por las no atendidas"

No sabemos ni lo que queremos

1/24/2007 12:17:00 p. m.  
Blogger pon escribió...

Preciosa la foto para J.M., buena forma de irse, sobre las hojas que flotan.

1/24/2007 01:36:00 p. m.  
Blogger José L. Serrano escribió...

lo peor es que se fue el 20 de enero, y esa fecha la tenía guardada para otra cosa, pero

¿que se le va a hacer?

1/24/2007 01:41:00 p. m.  
Blogger pon escribió...

Aquí no llevamos las riendas, you know...

1/24/2007 02:00:00 p. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Los pobres mortales somos juguetes en manos de los dioses.

1/24/2007 11:39:00 p. m.  
Blogger M escribió...

Ay de la partida, tan cercana, tan sentida...

1/25/2007 06:20:00 a. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

ay pepe!

1/25/2007 03:05:00 p. m.  

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