Llueve
Llueve (1990)
Llueve de noche y, en los patios,
una sombra azul de luna mojada
se arremolina en oscuros gorgoteos
y se pierde hacia el fondo,
acariciando estómagos de sucios sumideros.
Llueve de noche, y las gotas translúcidas
reflejan luz de insomnio y horas de no soñar
en su alma de agua helada,
desdibujando empañadas geometrías
en ventanas de vaho.
Llueve de noche y, sólo a veces,
un reloj, o su sueño,
vomita inevitables campanadas
que pronto caen al suelo chorreando,
y se amontonan en tumbas de cartones mojados.
Llueve de noche por todos los tejados,
por todas las esquinas,
por las calles brillantes de luz de plata insólita,
empapando mortecinas alfombras de hojas amarillentas.
Llueve de noche y no me recupero.
No alcanzo a convertirme en lluvia sucia,
en despojo de nube baja y gris,
en sumidero.
No aprendo a resbalar por fríos cristales,
ni reflejo,
(ni siquiera me atrevo),
ninguna luz de sueño muerto ni de horas malgastadas.
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Llueve de noche y, en los patios,
una sombra azul de luna mojada
se arremolina en oscuros gorgoteos
y se pierde hacia el fondo,
acariciando estómagos de sucios sumideros.
Llueve de noche, y las gotas translúcidas
reflejan luz de insomnio y horas de no soñar
en su alma de agua helada,
desdibujando empañadas geometrías
en ventanas de vaho.
Llueve de noche y, sólo a veces,
un reloj, o su sueño,
vomita inevitables campanadas
que pronto caen al suelo chorreando,
y se amontonan en tumbas de cartones mojados.
Llueve de noche por todos los tejados,
por todas las esquinas,
por las calles brillantes de luz de plata insólita,
empapando mortecinas alfombras de hojas amarillentas.
Llueve de noche y no me recupero.
No alcanzo a convertirme en lluvia sucia,
en despojo de nube baja y gris,
en sumidero.
No aprendo a resbalar por fríos cristales,
ni reflejo,
(ni siquiera me atrevo),
ninguna luz de sueño muerto ni de horas malgastadas.
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6 Comentarios:
Ahora es de día, luce el sol, y este poema resulta aún más bello, más elegante si cabe.
Holas!! Mucho tiempo que no te visitaba, y es que no daba con tu web.
Me gustó mucho este poema, en especial las últimas líneas:
"No aprendo a resbalar por fríos cristales,
ni reflejo,
(ni siquiera me atrevo),
ninguna luz de sueño muerto ni de horas malgastadas."
No cabe duda, la lluvia siempre evoca, como en el poema de Borges, te lo dejo:
Bruscamente la tarde se ha aclarado
Porque ya cae la lluvia minuciosa.
Cae o cayó. La lluvia es una cosa
Que sin duda sucede en el pasado.
Quien la oye caer ha recobrado
El tiempo en que la suerte venturosa
Le reveló una flor llamada rosa
Y el curioso color del colorado.
Esta lluvia que ciega los cristales
Alegrará en perdidos arrabales
Las negras uvas de una parra en cierto
Patio que ya no existe. La mojada
Tarde me trae la voz, la voz deseada,
De mi padre que vuelve y que no ha muerto.
JORGE LUIS BORGES
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Saludos
Sergio.
Pase también, por favor.
Llueve...
Ojalá siempre fuese así de hermosa la lluvia.
LLueve... y el agua limpia el alma, mezclandose con las lagrimas. Se lleva el dolor y ayuda a que crezcan las flores.
Cuando llueve asi serrano no deseas que pare... para que se lleve cada rastrojo, para que no nos de tiempo a mirarnos en el reflejo del agua.
Llueva pués detrás de los cristales, sobre los tejados, en los cartones mojados. Que llueva menúdo o recio, para que el poeta no deje de cantarnos.
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