Pasadizo
Flotaba en el aire, ni hacia arriba ni hacia abajo, aquella pluma liviana llegada desde cualquier lugar.
De pronto –¿será que pasó alguien por allí?– una corriente de aire la empujó contra el suelo.
Gracias a su ligereza se deslizó sobre las losas a través del pasadizo, hasta llegar a la pared del fondo del patio.
Ahora descansa sobre un pedrusco, lejos de las ráfagas de aire.
Crece una flor junto a la piedra, junto a la pluma.
En la pared del patio, al lado de la puerta, hay un agujero, desde allí se divisa la llanura.
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5 Comentarios:
perdon por el taco pero
JOOOOOOOOOODDDDDDDDEEEEEEEEEERRRRR
Que delicado Zendo, precioso.
Coñeeeeee,
Muy hermoso
La vida es como una pluma liviana, viajamos felices arrastrados por un viento suave, súbimos rápido hasta rozar las nubes, crees que el peso de tu cuerpo ha desaparacido y vas a se feliz por siempre entre las nubes de algodones, justo en ese momento las nubes empiezan a tornarse grises, el viento suave se vuelve fuerte, te golpea con toda su furia y toda tu etérea existencia se vuelve carga, entonces caes en barrena hasta casi tocar el suelo.
Estas a punto de estrellarte, recuerdas el viento suave y vuelves a planear hasta instalarte en un punto medio, ni muy arriba ni muy abajo, justo al alcance de cualquier mano que te quiera tocar.
Instalada en esa calma, vencidas todas las furias, das gracias al vientecillo que te llevó a contemplar la vida.
Pase delante, tabernero.
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