Ploumanach
Ploumanach (2006)
Una playa norteña, gris y ventosa,
calles estrechas
para que el aire no azote demasiado,
llenas de restaurantes en los que los turistas con jersey
beben vino blanco y comen mejillones,
tú y yo paseando por la costa
entre piedras ciclópeas de granito rosado,
o por un paseo abrigado entre los abedules.
Un niño con jersey corre tras las olas descalzo
pero las olas corren mucho más:
aquí las mareas suben o bajan
a la velocidad de un caballo al galope.
Me acerco hasta la arena húmeda y me descalzo.
Tú te sientas en una roca con ese chubasquero azul
del que me enamoré
(¿dónde está?, hace tiempo que lo perdí de vista...).
El agua está helada y el niño se me acerca
y me coge de la mano.
Tu sonríes y tus ojos son del mismo color que este mar.
Ahora, tantos años después,
para poder escribir esto he tenido que mirarte a los ojos:
vuelvo a sentir el aire de aquel día tan lejano,
vuelvo a ver las callejas estrechas,
el olor a pescado,
el frío de la arena húmeda
y la tibia caricia del niño del jersey.
Una playa norteña, gris y ventosa,
calles estrechas
para que el aire no azote demasiado,
llenas de restaurantes en los que los turistas con jersey
beben vino blanco y comen mejillones,
tú y yo paseando por la costa
entre piedras ciclópeas de granito rosado,
o por un paseo abrigado entre los abedules.
Un niño con jersey corre tras las olas descalzo
pero las olas corren mucho más:
aquí las mareas suben o bajan
a la velocidad de un caballo al galope.
Me acerco hasta la arena húmeda y me descalzo.
Tú te sientas en una roca con ese chubasquero azul
del que me enamoré
(¿dónde está?, hace tiempo que lo perdí de vista...).
El agua está helada y el niño se me acerca
y me coge de la mano.
Tu sonríes y tus ojos son del mismo color que este mar.
Ahora, tantos años después,
para poder escribir esto he tenido que mirarte a los ojos:
vuelvo a sentir el aire de aquel día tan lejano,
vuelvo a ver las callejas estrechas,
el olor a pescado,
el frío de la arena húmeda
y la tibia caricia del niño del jersey.
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7 Comentarios:
El mar dentro de unos ojos que se abren y cierran, como la marea que sube y baja.
Luego me dices dónde tengo que mirar yo para ver cosas así de bonitas...
Este blog sí que es un mano a mano.
Y de quitarse el sombrero.
...puedo decir que las copas que sirven en esta taberna siempre dejan un buen sabor en mis labios...
... algun día espero que te des una vuelta por mi lejana galaxia...
un abrazo
siento el olor a salitre cuando leo tus lineas y tambien siento nostalgia por unos ojos azules que solo una vez tuve
Nostalgia......
Evocas los recuerdos de manera tan hermosa. El chubasquero azul del que te enamoraste... por allí debe andar,mezclado entre tantas que acumulamos sin darnos cuenta.
Pero como dices, basta mirar sus ojos... y vuelves al pasado... al mar... a la arena.
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