La taberna del mar: En algún lugar

21 noviembre 2007

En algún lugar


Cada vez que respiraba recordaba el color del sol a última hora de la tarde. Ahora no veía el sol, pero sí el color de las hojas de los árboles vestidas de oro, el mismo color que el del último sol del día. Siguió adelante pisando suavemente las hojas que iban cayendo de los árboles, con el viejo sol en el recuerdo y el aire contenido de la respiración en los pulmones. Vio correr a los niños en los parques, a los ancianos encogerse en las aceras, a los viandantes cruzar el puente luchando contra el viento.

No le servía el recuerdo, quería ver el sol ocultándose tras las colinas de la costa. No le servía cerrar los ojos y evocar el último aliento de la luz rojiza exhalado por la bola de fuego. Atravesó las aceras, recorrió las calles y las playas y le caían encima las hojas de los árboles en los paseos, sacudidas por el viento, quería ver la luz genuina, allí adelante en algún lugar.

Oscureció, el sol desapareció de su vista antes de caer tras el horizonte, y para no tener que soportar la oscuridad se encendieron las farolas de la calle, y el faro sobre la playa, y los focos de los autobuses. Pero siguió adelante hacia algún lugar, hasta que vio el interruptor escondido tras las hojas adheridas a la pared, y no tuvo que darle para que se apagaran todas las luces, casi todas las luces, porque lo que buscaba estaba allí mismo, en algún lugar.


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4 Comentarios:

Anonymous Anónimo escribió...

jo, tío, esto es de lujo absoluto

11/21/2007 10:57:00 a. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

“...
-Me gustan las puestas de sol, vamos a ver una puesta de sol...
-Pero tenemos que esperar ...
- ¿Esperar a qué?
-Esperar a que se ponga el sol.
Al principio pareciste muy sorprendido, y luego te reíste de ti mismo. Y me dijiste:
-¡Siempre me creo en mi tierra!
...
Pero a ti, en tu pequeño planeta, te bastaba correr tu silla unos pasos. Y mirabas el crepúsculo siempre que te apetecía ...
-¡Un día vi ponerse el sol cuarenta y tres veces!
Y un poco más tarde añadías:
-Sabes... cuando uno se encuentra tan triste, gustan las puestas de sol...
-¿Tan triste estabas el día de las cuarenta y tres veces?
Pero el principito no respondió.”

“El Principito” de Antoine de Saint-Exupery

11/22/2007 04:31:00 p. m.  
Blogger Cyllan escribió...

No estoy segura de entender... Uf. Pero el lugar sí lo reconozco, he visto eso en directo hace poco. Qué foto más buena caramba.
Hey enero20 que linda la cita de El Principito, este chiquillo tenía suerte ¿verdad? De ser como era. Es alguien a imitar.

11/23/2007 09:40:00 a. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Maravillosa reflexión venida de una maravillosa ciudad de las manos de un maravilloso escritor.

11/25/2007 02:21:00 a. m.  

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