Cascada
A quien tiene tejado para cuando llueve no le afectan demasiado las gotas de agua. Si el tejado no está hendido, cuando menos, si no hay goteras en el refugio, si las filtraciones no hacen levantar la pintura de las paredes. Cuando durante horas resbala la lluvia fina sobre las tejas y la niebla que desciende por la falda de la montaña empapa las vigas de madera, las minúsculas e invisibles gotas que se propagan por el aire alcanzan todos los rincones y penetran por entre las rendijas de las más firmes rocas para formar ríos subterráneos.
A nuestro alrededor se ha deslizado sensualmente la niebla, y ha penetrado en nuestro interior, y ha creado rastros serpenteantes, y repentinamente ha salido en larga catarata desde un hoyo tallado en el abismo, tras habernos atravesado los caminos más recónditos y profundos.
7 Comentarios:
a ver si llega ya el verano....
Qué niebla más sabia........
La niebla... no sé tiene un algo de... cómo poder explicarlo, cuando nos rodea parece que atravesaramos otro umbral, el de un mundo remoto y desconocido.
Suerte que tenéis los del norte.
Por el sur a la tierra se le seca la garganta y mira con temor al cielo raso pensando en el verano por venir.
Cuando hace calor en Sevilla en Agosto, ya puedes tener las persianas bajadas, el ventilador puesto, el aire acondicionado; el aire es el de un horno.
Puedes mantenerte impasible pero el calor hará mella en tí, nada será igual
Estimado Zendoia, te reitero la invitación.
esa lluvia y esa niebla que nos da un toque de noviembre en los huesos...
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