La taberna del mar: Arcángel

25 febrero 2010

Arcángel


Clamores absolutos de impávidos desenfrenos
arreciaban la noche en que perdimos la batalla.
Marchitos maleficios horadaban insondables mareas
que con un verde vapor de espuelas miríficas
estallaban en el cenit, imprudentes, dolorosas.

Eras como un arcángel harapiento
a mi puerta, desvalido. Lloroso.
Despilfarrando lágrimas de sangre.

Eras como un arcángel.

Salimos de la cárcel como el que
sale de un ataúd de porcelana.
Como el que desde el altozano
orina algas musgosas e irisadas.
Nos hundíamos en la nieve
lozanos y rosados como vino barato.
Dijiste que sí a todo.

Cantabas entre dientes como una letanía
pero tu voz se pierde, se agota, se reabsorbe.
Para amarte hizo falta ver la nube en tu ojo,
la sangre en tu labio,
la espuma en tu cuello,
la cicatriz.

Eras como un arcángel perdido,
y, sin embargo,
allí solo, sentado, desvalido,
ante mi puerta,
hacías que los remeros
dejaran de bogar
y rogasen al cielo
un minuto de gozo.

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2 Comentarios:

Anonymous Anónimo escribió...

como una escena en un pórtico gótico

2/25/2010 10:09:00 a. m.  
Blogger Gizela escribió...

WOWWWW!!!
Sin palabras!!!
Buen finde y muchos besos.

2/26/2010 10:00:00 a. m.  

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