La taberna del mar: Beirut

25 julio 2006

Beirut


(A Christina y Shadi, mis amigos libaneses, espero poder volver a compartir pronto con vosotros esos pasteles de las afueras de Beirut, esos paseos por Baalbek o una terracita en el puerto de Byblos. Hoy me he bañado con el jabón de jazmín que compré en Trípoli y huelo a vosotros, que tanto habéis perdido tantas veces.
A Maruja Torres)

Beirut

Paseando por la Corniche junto al mar, una vez que terminan las playas exclusivas y privadas, llego a la parte de Beirut que más me gusta: una playa llena de basura y piedras cercana al barrio de Hamra, con carteles que anuncian el peligro de las bombas que pueden permanecer enterradas. Desde lo alto del acantilado los muchachos de Beirut se arrojan hacia el agua brillante dando dos y hasta tres vueltas en el aire. Luego permanecen sumergidos un buen rato, para preocupar innecesariamente a sus amigos, y aparecen finalmente junto a una roca afilada a la que trepan como gatos para iniciar el ascenso hacia el acantilado. Antes de anochecer, una luna enorme aparece entre las ruinas de los rascacielos abandonados tras la última guerra. Los muchachos se siguen lanzando al agua oscura. Bendita la inocencia del que no es consciente de su belleza.

Cuando se pone el sol, estudiantes de la Universidad Americana, soldados que vigilaban un McDonalds vacío, un muchacho que sale de la iglesia maronita y alguno de los chavales que se lanzaban al agua se pierden entre las dunas y los cañaverales de la zona que más me gusta de Beirut, más allá de los carteles que anuncian la presencia de bombas. Desde el paseo marítimo, junto a un carrito donde asan mazorcas de maíz sobre brasas candentes, les veo perderse bajo la luz blanca de la enorme luna.

Quizá hoy, esos mismos muchachos, cuando regresen a casa, comprendan por qué sus padres se sientan en la terraza al atardecer y se cogen de la mano en silencio. Triste el destino de esta hermosa ciudad.

7 Comentarios:

Anonymous Anónimo escribió...

Espero que se solucione todo lo antes posible.Es una pena, despues de todo lo que han sufrido, cuando parecia que las cosas se estaban calmando ,empieza otra vez la incertidumbre.

7/25/2006 01:46:00 p. m.  
Blogger Ana desde el Sur del Mundo escribió...

Verlo por la TV y sentir que se me oprime el corazón... ¿por qué? ¿otra vez? ¿siempre? ¿hasta cuándo? ¿importa quién tiene la razón? ¿tanto cuesta vivir y dejar vivir?
Gracias por la visión de otra Beirut.
Un beso José.

7/26/2006 05:35:00 a. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

El amor entre el estudiante, el maronita, el muchacho musulmán y el soldado que desaparecen entre las cañas no es más que un paréntesis, un leve esbozo de lo que podría ser la convivencia placentera, un dramático contrapunto a la situación de su país y del mundo. Lástima.

7/26/2006 11:39:00 p. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Hay cosas inexplicables.
Que quien ha sido marginado margine no tiene sentido.
Pobre gente que sólo ha cometido el delito de nacer en un lugar.
Saludos y oraciones por los de allí.

7/27/2006 10:00:00 a. m.  
Blogger hermes escribió...

Muerte, desolación, destrucción, horror...
después , más muerte, más desolación, más dolor

¿Para cuando, la paz, la dignidad del hombre ?

¿Mañana ? quizas nunca.

7/27/2006 03:36:00 p. m.  
Blogger M escribió...

Líbano
mana ya sangre del color de la tierra

7/28/2006 06:27:00 a. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

no puedo decir mucho... que decir cuando un país no tiene tregua? que decir cuando llega un momento en que la gente solo conoce la guerra? que decir cuando no se condena la sangre y se permite pintar las aceras de las ciudades de rojo con la sintonia de los gritos desesperados de las madres??
DOLOR, VENGANZA, IMPUNIDAD Y ETERNIDAD.
seguramente despues las agencias de viajes se forren poniendo proximo destino Beirut a bajo precio.
Seguramente oriente Próximo se democratizará a basé de bombas, ya nos enseñaron que la letra con sangre entra...

8/01/2006 02:25:00 p. m.  

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