Desencuentros
Detenidos delante del semáforo,
el hombre admiraba su perfil de griego,
la gallardía de su cuello largo,
la sombra de su nuez gigantesca que ocultaba el crepúsculo.
El muchacho miraba de reojo,
consciente de la admiración del hombre,
elevando aun más su cuello.
El bello atardecer entre los rascacielos
les sorprende,
el humo de los coches deslíe los anaranjados rayos,
y les hace añorar vidas perdidas,
sentados a la sombra de capiteles dóricos,
contemplando las arrasadas naves ardiendo en Salamina,
cuando fueron felices, abrazados.
Y así una tarde y otra,
si alguno se retrasa el otro disimula,
si alguno llega antes se fuma un cigarrillo.
Sólo en el escaparate se miran fijamente.
Porque, al doblar la esquina,
un día el muchacho vuelve la cabeza
para ratificar que el hombre no le mira,
y al día siguiente el hombre hace lo mismo.
11 Comentarios:
Miradas furtivas en el puente de la ciudad, repetidas como agradable rutina hasta que uno recupera su vida perdida, o hasta que al otro le cambian el horario laboral.
mira llevo 10 minutos mirando la pantalla como una idiota pero no se que poner!!! de verdad es precioso!!y doy a hacer un comentario y me encuentro al peaton anonimo y me deja rota tambien.
besossss
Me has hecho sentir tambien la respiración acelerada de los dos mientras se miran a través del cristal del escaparate.
Genial, José Luis.
"Un roce al paso,
Una mirada fugaz entre las sombras,
Bastan para que el cuerpo se abra en dos,
Ávido de recibir en sí mismo
Otro cuerpo que sueñe...."
(L.Cernuda)
Ahora voy mirando los escaparates por si hay una historia silenciosa reflejada...
Adriano se reencuentra cada atardecer con Antinoo vadeando el tiempo...los siglos...
Amor no es literatura sino se escribe en la piel...
Preciosa la foto del pabellón Van der Rohe de Barcelona que has colgado, Serrano. Qué ángulo más bonito has buscado; me encanta el reflejo del agua, el ángulo de piedras, la composición.
Una maravilla arquitectónica de buen gusto y elegancia y otra maravilla tu imagen, artista.
"Menos es más": es uno de mis mandamientos.
Por cierto, menudo ojo tienes, niña. Yo esperaba que alguno de nuestros clientes barceloneses lo pillaran antes y mira por donde, ha tenido que ser una madrileña.
GANASTE EL PREMIO.
Por cierto ¿como lo has sabido?
Lo tengo grabado en la memoria, es una de las edificaciones más fascinantes que he visto en mi vida. Me enamoré de Barcelona, pero el Van der Rohe lo ví de noche y de día, y me produjo un síndrome de Stendhal de los mejores.
Es que además de madrileña soy de San Blas, chaval, y eso es...otra cosa.
Gracias por el premio, no podría ser mejor.
Que maravilla de escrito... es dejar en el intertanto esperando encontrar el mismo sitio para ver si las miradas fijas de dos conocidos "desconocidos" dejan entrever su historia...
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