La taberna del mar: marzo 2011

22 marzo 2011

Odio a Rimbaud


Odio a Rimbaud (1991)
Odio a Rimbaud
que a los veinte años
ya lo había escrito todo.
Vagando borracho de absenta y anises,
calentándose en el British Museum
de las humedades y neblinas de Candem Town.
¿Cómo no odiarle si a los veinte años
ya había recibido un tiro en la muñeca
de un amante, esposo y padre
enajenado por su belleza adolescente y trágica,
si ya había conocido a Verlaine?

Me gusta mucho más el Rimbaud
enamorado de una mujer abisinia en Adén,
calurosa, roja y negra como pórfido al sol,
el Rimbaud traficante de armas en Harar,
el Rimbaud maldito por los siglos de los siglos
el Rimbaud muerto de los treinta y siete años,
sin pierna y con el muñón cuajado de moscas en Marsella.

Odio a Claudio Rodríguez
que a los veinte años
ya lo había escrito todo.
Paseando por las orillas del Duero pensando en Rimbaud,
jugando al fútbol,
leyendo el Correo de Zamora.
¿Cómo no odiarle si a los veinte años
ya había escrito
Si tú la luz te la has llevado toda,
¿cómo voy a esperar nada del alba?
”,
si ya había conocido a Aleixandre?

Me gusta mucho más el Rodríguez
enamorado de Clara Miranda,
recibiendo palizas por ser del PCE,
el Rodríguez lector de español en Nottingham,
el Rodríguez lector de español en Cambridge,
el Rodríguez maldito por los siglos de los siglos
el Rodríguez que llora a su hermana asesinada en Madrid.

08 marzo 2011

Musgo helado


Viendo su perfecto cuerpo imaginado
desaparecer justo frente a mí
seguiría ansioso la vereda
rebasando ciénagas y peñascos.
No sé si fue realidad o ficción
aquello que por un lapso pude ver,
tal vez una veloz sombra fugaz
o mi vista ansiosa de algo esquivo.
Luego solo ramaje en el bosque
vestido con lúgubre musgo helado
y niebla a la hora del ocaso.
Solitaria entre la hojarasca
una aflicción disuelta y relegada
se dirige al refugio de los hados.

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