Diecinueve poemas escritos en dos horas (14)
ingrávidos antagonistas de cuencas perfumadas y vacías
de solitarias veredas entre insepultas azucenas
que furibundas destejen y destejen noches de
negro y de desdén
hasta que refulgentes
trascendentes
opacos
y olvidados
volvemos suavemente
dejándonos caer
desde las elevadas
maltratadas
agostadas
fracasadas
cumbres.