Súbitamente

Casi siempre nos atrapa súbitamente
la niebla que se adhiere a las hojas de los árboles
como una cascada que surge de pronto
entre las pendientes montañosas.
De pronto, surgida de las piedras colocadas
recordando a los muertos
se nos aparece la fortuna agazapada,
temblorosa
como el vuelo de las mariposas envejecidas.
Una voz nos recuerda, involuntaria,
que ha llegado la hora,
o que falleció aquel vecino que quería vender su huerto,
o que en el encierro una vaca
ha golpeado gravemente a un mozo hasta matarlo.
Mientras una pequeña lagartija
esquiva con precisión las piedras del camino,
nos vuelve a atrapar súbitamente la niebla.

________________________

Algunas cosas sobre Malta (I)

(Gracias a mis amigos Diego y Nemo por sus recomendaciones previas)

Empezaré aclarando que Malta es un país, pequeño pero con Euro y todo. Las monedas del Euro han tenido que aumentar unas 100 veces el tamaño de Malta para que aparezca como un puntito debajo de Sicilia (además de añadir Noruega a Escandinavia pese a no tener Euro, dada la curiosa e inédita forma de pene con testículos y todo que había adoptado dicha península al suprimir Noruega en el mapa de las monedas). Y lo mejor de todo es que aún usan los céntimos de euro, pero les durará poco supongo.

El país es tan pequeño, que a uno no le sorprende que el mismo amable camarero que le sirvió una pizza a las doce de la noche en una tabernita al lado del mar sea ahora, convenientemente disfrazado de militar, el que custodia en solitario la sede del Gobierno maltés, entre cañones y con expresión furiosa. Me sonríe cuando no le ve nadie.

Malta es un archipiélago situado debajo de Sicilia y cerca de la costa tunecina, con tres islas principales habitadas - Malta, Gozo y Comino - y una innumerable cantidad de islotes yermos tipo Perejil. Los habitantes de Malta son malteses y hablan maltés, pero ni se os ocurra llamar maltés a un habitante de Gozo (ellos son Gozitanos). Y si encontráis a alguien de Comino supongo que tampoco le gustará que digáis que es maltés. Eso sí, las probabilidades de que encontréis a un habitante de Comino son escasísimas: sólo hay cuatro, dos hermanos y dos hermanas, solteros y peleados entre ellos, y mayores de setenta años. Vamos, que estamos a punto de ver la desaparición de los últimos habitantes de Comino, se llamen como se llamen. Desde hace cuarenta años, el mismo cura de Gozo cruza cada domingo en su barca para darles la comunión (deseando quizá secretamente que esa comunión sea la última, para ahorrarse los paseos).

Malta es una mezcla imposible entre Sicilia, Túnez e Inglaterra, y una de esas imposibilidades queda patente en los horarios: Malta tiene el clima de Túnez pero los horarios de Inglaterra. El turista no puede dejar de sorprenderse cuando advierte que los principales monumentos cierran a las 16:30 (a unos 38 grados con 95% de humedad), que el último ferry para La Valeta sale a las 17:00, que sólo podrás visitar los templos neolíticos entre las 10:00 y las 17:00 (a las 10:00 hace un calor espantoso en Malta, al menos en Agosto). O que puedes asistir a un concierto de la sociedad musical del pueblo en la plaza sobre unas sillas recalentadas de todo el día a una hora tan irracional como las 18:00.

Justamente a esa hora las playas se vacían de los turistas con pensión completa, que acuden raudos para que no les cierren el bufet del hotel, en el que podrán cenar lo mismo cada noche hasta que descubran que hay restaurantes de maravillosa comida maltesa (con mucho conejo y berenjenas y tomates deshidratados) en los que podrían hacerlo por menos de lo que les cuesta un bocadillo en sus países de origen y a la hora que les dé la gana.

______________

Entre dos extremos

Queremos movernos entre dos extremos sin alejarnos mucho del camino del medio. Encontramos paz y tranquilidad cuando no nos acercamos demasiado a la exagerada abundancia o a la cruda penuria. Nos parece que en el punto medio entre los dos polos opuestos está la suprema virtud. Así será.

Sin embargo, cuando el camino se retuerce y no nos queda otro remedio que asomarnos de forma peligrosa al abismo, no sabemos mantener la calma, no sabemos disfrutar del paisaje sobrecogedor, no nos damos cuenta de que no es más que un tramo más que nos ha tocado transitar. Saldremos bien si así lo quiere el destino. O no.

Y si por alejarnos demasiado rápidamente del borde del precipicio vamos hasta el lado contrario, sentimos miedo de golpearnos con paredes de granito, pánico a rasgarnos los cuerpos, espanto a fracturarnos los huesos.

Volvemos a dar un salto hacia el centro de la senda, en busca de tranquilidad y descanso, y tendemos tanto al medio del camino, que no hacemos más que vivir la vida a medias.

Recuerdos de un verano

Al calor

Tal vez necesitara unas cuantas vidas más,
pero tendré que conformarme
con una hora escasa
para apagar este fuego.
Y cuando comienzo a hacerlo
advierto que no es asunto de tiempo
ni problema de ganas.
Es frío lo que necesito,
todo el hielo que no podría conseguir
en espera de otras vidas.
Así que sigo aquí,
cautivo del calor de otro agosto,
al borde de los campos de cereal
que ya se han desnudado.
Sólo ha transcurrido media hora.
Y no estoy solo.

__________________